Es curioso que cuando uno menos se lo espera, la vida le pone un obstáculo. La mayor parte de las veces se supera, con más o con menos fuerza, pero se puede esquivar; en el peor de los casos se puede frenar frente a él hasta que tomamos conciencia de que no es para tanto y decidimos al respecto, siempre intentando rodearlo o saltarlo y tirar la barrera al suelo. Estas decisiones siempre van acompañadas de dolor, de desgarro en el alma, de preguntas sin respuesta, y cuando volvemos la vista atrás comprendemos que solo fue un mal trago, costoso, espeso y denso, no esperado, destructor, y sin embargo, solo fue....
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(Imagen web, puedo eliminarla si el autor lo precisa) |
¿Por qué entonces regurgita cuando lo creímos superado?